PERIODICO PIONERO EN EL PATRIMONIO CULTURAL DE CHILE

Periódico pionero en el Patrimonio Cultural de Chile

AÑO 5 - RPI N° 158762 (todos los derechos reservados- formato papel)















jueves, 21 de octubre de 2010

EL TEMA MINERO Y SU INTENSO CONTENIDO HUMANO

Estimado Lectores,

Creemos interesante observar lo sucedido con los mineros de Chile, desde una perspectiva más señorial,  más vetusta  y la menos recurrente... para ello queremos hacer viva la voz de un escritor consagrado, cuentista, y el más notable en la historia literaria de Chile.  Nos referimos a nuestro BALDOMERO  LILLO FIGUEROA.

A través de sus letras, todos encontraremos una verdad "in situ" de la magnitud de lo sucedido recientmente en nuestro país, es dificil ponerse en lugar del otro, pero este gran escritor es capaz  - sin lugar a dudas- de transportarnos  a través de su observación y la penetración del problema social, con todas la implicancias económicas y humanas, todo ello autorizado por las propias experiencias del autor.


VIDA Y OBRA DE BALDOMERO LILLO



La Compuerta N° 12 y El Chiflón del Diablo, son sus cuentos más intensos y loas más característicos del tema minero. Captan la penosa e ineludible gravitación que ejerce el ambiento industrial de Lota y Coronel sobre los trabajadores y sus familiares. En ellos, la mina y la Compañía aparecen como una fuerza ciega e implacable, que enrga sus riquezas solamente a cambio de muchas vidas humanas. Hombres que envejecen en el trabajo agobiador o mueren en accidentes imprevisibles, son reemplazados por otros hombres y aun por niños. Así, por generaciones.



Nació en Lota, el 6 de enero de 1867. Sus padres fueron don José Nazario Lillo Mendoza y doña Mercedes Figueroa.
Aprendió de su madre las primeras letras; luego, en 1876, ingresó a una escuela mixta de Bucalebu, uno de los tantos lugares de residencia de la familia Lillo; continúo sus estudios, enn 1883, en el Liceo de Lebu, de reciente creación. Allí cursó Humanidades hasta el segundo año. Aficionado a la lectura desde pequeño, por el ejemplo de su padre, gran lector de Vicuña Mackenna, Barros Arana y los folletinistas chilenos, Baldomero conoció en la biblioteca del Liceo, libros como el Quijota, Gil Blas de Santillana, Martín Rivas, El ideal de una clavera.
Mientras sus hermano Samuel continuaba sus estudios en Concepción, debió emplearse en la Pulpería la Quincena, de Lota, desde donde comenzó a conocer de cerca la vida de los mineros y sus miserias.
A la muerte de su padre, en 1895, hizo de jefe de familia, y radicado en Coronel, fue empleado de la Pulpería de un establecimiento minero de Buen Retiro.
En 1897 contrajo matrimonio con doña Natividad Miller, de quien tuvo cuatro hijos: Eduardo, Laura, Marta y Oscar. Por este tiempo, en uno de sus viajes a Concepción, adquirió los Bocetos Californianos, de Bret Harte, y luego La casa de los muertos, de Dostoiewski, Humo de Turuenier y Germinal, de Zola, obras que van a orientan definitivamente su vocación literaria, reafirmada después por Eca de Querioz, Tolstoy, Dickens, Balzac y, especialmente, por Maupassant.
En su busca de mejores condiciones de vida, llegó a Santiago en 1898, momento de efervescencia literaria, representada por la generación de 1900. Se ocupó, primero, como agente de una Compañía de Seguros y, en seguida, coo escribiente de una Notaría. Por mediación de su hermano Samuel, a la sazón funcionario de la Unversidad de Chile, fue nombrado oficial de pluma en la Sección Canjes y Publicaciones de esta entidad universitaria, cargo que conservó hasta 1919.
En 1899 trajo su familia a la capital.
Se dio a conocer como escritor, con la lectura de su relato La Compuerta N
12, en una sesión del Ateneo de Santiago. En esa tribuna literaria leyó, más tarde, el El pago y Sub sole.

En 1903 obtuvo el primer premio en el certamen de la Revista Católica, con su cuento Juan Fariña, que presento con el pseudónimo Ars.
En 1904 apareció Sub terra, columna con ocho relatos, muchos de ellos ya publicados en diarios y revistas; la edición se agotó en tres meses.
El mismo año fue premiado su cuento Sub sole, en el concurso organizado por El Mercurio; en esta ocasión empleó el pseudónimo de Danko.
Colaboró en las revistas Panthesis, Zig-Zag, pacífico Magazine y en los diarios Las Ultimas Noticias y El Mercurio; en éste último usó el pseudónimo Vladimir.
En busca de un clima más propicio para su salud delicada, se estableció en San Bernardo, donde va a residir hasta su muerte. En 1907 apareció su segundo libro Sub sole, con trece cuentos.
A raíz de la matanza de obreros en Iquique, ocurrida el 21 de diciembre de 190’7, concibió la idea de escribir una novela que titularía la Huelga, propósito al que, aun cuando trabajó en ella un par de capítulos, no logró darle término, por considerar que no disponía de suficiente información concreta.
En 1909 muere su madre. Fue comisionado para solucionar un conflicto educacional en Copiapó, oportunidad que aprovechó para visitar la pampa salitrera y el lugar de la masacre, y recoger informaciones para su proyectada novela. En los primeros meses de 1910, leyó en el Ateneo una conferencia sobre los sucesos de Iquique.
En 1912 murió su esposa, y el escritor debió hacerse cargo del cuidado de sus cuatro hijos, aún pequeños.

Por su salud, cada día más quebrantada, la Universidad le concedió la jubilación con una pensión anual de un mil quinientos pesos, por decreto del 10 de mayo de 1917.
El último cuento que escribió y no alcanzó a ver publicado fue Inamible.

Agravada su enfermad pulmonar, murió en San Bernardo, el 10 de septiembre de 1923. Sus rstos fueron despedido allí por el poeta Manuel Magallanes Moure.